La energía. Eso que no nos puede faltar cuando vamos pedaleando. Si se nos acaba, estamos condenados a sufrir hasta el final.
Los kilómetros se hacen eternos. ¿De dónde obtiene el cuerpo la energía para pedalear? Primero, del glucógeno muscular y una vez nos quedamos sin glucógeno, la obtiene de las grasas. Así que el glucógeno es lo primero que hay que reponer. Y es imprescindible hacerlo cuanto antes para favorecer una mejor recuperación. Así, en caso que al día siguiente tengamos otra actividad exigente, no nos quedaremos sin reservas.
Aprovechar el “efecto ventana” nos permitirá volver a llenar nuestros músculos de glucógeno con más efectividad ya que es el momento en el que músculo se encuentra más receptivo a volver a almacenar energía.